Con siembra de maíz, campesina aguachiquense demuestra que la tierra entregada es para ponerla a producir

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Campesina en cultivo de maíz

Aguachica, Cesar. 14 de octubre de 2024. @AgenciaTierras 

Fueron cerca de 10 años los que duró luchando Lucila Badillo Ramírez para obtener un pedazo de tierra para trabajarla y lograr el sustento de ella y sus cuatro hijos. Esta aguerrida mujer aguachiquense, quien hace un poco más de tres meses resultó beneficiada, junto a 50 familias más, con un terreno fértil y apto para la agricultura, resalta que el fruto del esfuerzo lo debe a la gestión rápida y oportuna del Gobierno Nacional, al privilegiar el esfuerzo de cientos de campesinos que reclaman tierras con vocación agropecuaria. 

Con alegría evoca el momento de felicidad que le produjo saber que estaba entre las familias beneficiarias, mientras recuerda cómo fue la lucha que libraron para poder ser propietarios del predio Las Delicias, ubicado en la vereda Planadas de Limoncito en Aguachica, Cesar, hasta donde el pasado 6 de junio, el presidente Gustavo Petro y el director de la Agencia Nacional de Tierras, Felipe Harman, llegaron para hacer la entrega a 51 familias, integrantes de las organizaciones Asomuacsur, Asopagros y la Corporación Subregional de Campesinos y campesinos Víctimas sin Tierra COSUVICAT-ZOMAC. 

Los recuerdos de esos años de lucha la llevan 10 años atrás, sin lograr precisar si fue en 2013 o 2015 cuando ella, junto a decenas de familias, salieron despavoridas de un predio en Morales, sur de Bolívar, al que llegaron con la esperanza de recuperarlo para ponerlo a producir. Precisa que este era propiedad de reconocidos paramilitares y narcotraficantes. 

La necesidad ante la falta de un terreno para labrarlo y derivar de allí el sustento familiar, la impulsó junto con sus hijos a un nuevo intento por cumplir su sueño, esta vez en el predio La Pola, ubicado en jurisdicción del municipio de Río de Oro, de donde también debieron salir. Pero el tesón y el deseo de sacar adelante a sus hijos prevalecieron para no darse por vencida, hasta lograr una adjudicación legal como reivindicación del esfuerzo, gracias a la compra que realizó la Agencia Nacional de Tierras para entregarla al campesinado sin tierra. 

Como demostración de que la tierra recibida es para ponerla a producir, no dudó en buscar dinero prestado para comprar semillas, preparar la tierra y sembrar tres hectáreas de maíz, uncultivo de ciclo corto, del que espera obtener lo suficiente para el sostenimiento de su familia, mientras alterna con siembras de ahuyama y frijol. 

A finales de noviembre o en diciembre espera recoger su primera cosecha en Las Delicias, y tiene claro dónde la comercializará, aunque sugiere que, en este proceso, es cuando se evidencia la falta de una cooperativa a través de la cual el campesino venda la cosecha y se la paguen al precio justo, ya que reconoce que en la actualidad, el mayor esfuerzo es del campesinado, mientras que las ganancias quedan en manos de intermediarios. 

Lucila Badillo, quien expresa con orgullo ser una campesina que sabe que en el campo es donde se produce la vida, es consciente de que muchas familias como la suya esperan obtener un pedazo de tierra, y por ello les envía un mensaje:

“Le digo a los campesinos, a mis compañeros, a los que hoy no fueron beneficiarios conmigo, que no desfallezcan, que tenemos un presidente con corazón, un presidente con amor hacia los campesinos, un presidente que va a seguir dando ayudas, que esto no se queda en las 51 familias de aquí de Aguachica, Cesar. Esto sigue y habrá muchos más beneficiarios, porque la verdad es que hoy estamos viendo el cambio que hay”.

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