Magaly, una artesana rural que sueña con la titulación de su predio

Foto: María Ruth Mosquera / ANT.
– Al cierre de la campaña de actualización de datos de personas que iniciaron trámites de tierras desde 1960, encontramos en el municipio de Algarrobo, Magdalena, a Magaly Esther Salgado, cuya familia aspira a convertirse en propietaria.
Noviembre 7 de 2023. Algarrobo, Magdalena. @AgenciaTierras. La de Magaly Esther Salgado es una historia con capítulos de dolor, arte y esperanza conectados con la tierra.
Ella es una mujer rural que se dedica a cultivar alimentos, practicar la medicina natural, criar animales de corral y elaborar artesanías con vegetales que ella misma siembra en su parcela; un predio ubicado en el municipio de Algarrobo, departamento de Magdalena, del que aspira a convertirse en propietaria junto con su familia.
- Algarrobo es uno de los 30 municipios del Magdalena, en el Caribe colombiano. En esta población 48 familias han recibido en 2023 títulos de sus predios por parte de la ANT.
Mientras espera el anhelado título, Magaly pone en práctica los saberes y haceres afro-indígenas legados por sus padres: don Enrique Márquez, un hombre octogenario, descendiente de los indígenas mokaná que originariamente poblaban lo que hoy es el departamento del Atlántico, eruditos en la caza, la pesca, la agricultura y las artesanías de palma de iraca.
Doña Manuela Salgado, su madre, de origen palenquero, le transmitió el amor por la tradición gastronómica de sus ancestros, como los dulces de papaya, piña, coco, ñame y corozo, y le enseñó los secretos medicinales de las plantas, por ejemplo, que el árnica sirve para aliviar el dolor, la sábila es un desparasitante y la yerbabuena es buena para la ansiedad y para ayudar a parir.
Llegar a ‘La Primavera’ su parcela, es experimentar en esencia la vida rural: el olor a limón que perfuma el ambiente, el cacarear de las gallinas deambulando por el patio y los rayos del sol iluminando las azoteas de cebollín y los sembrados de plátano, banano, yuca, papaya, naranja, tomates, ají y acelga.
Estar allí es conocer de cerca el arte al natural: tazas de totumo, jarrones de calabazo, flores de la cepa del plátano, aretes de corteza de árboles y otros productos que, liderados por Magaly, fabrican en familia, a partir de la materia prima que cultivan.
Ramón Ruiz, su esposo, se encarga de cortar los materiales; don Enrique se ocupa del raspado de totumo y de hacer sobre estos los dibujos en alto relieve y sus hijos se vinculan apoyando todas las fases de producción, que venden por encargo en Santa Marta en lugares cercanos y lejanos, como Santa Marta, Bogotá, Estados Unidos y que les ayudan a atemperar las urgencias económicas.
Mientras cosecha y pela una mazorca de maíz, Magaly cuenta que en los años noventa, como a muchas otras personas de Colombia, le tocó desarraigarse de Algarrobo, su lugar de origen, huyéndole al conflicto armado y se fue a Aracataca, donde permaneció por más de dos años extrañando su entorno y esperando la oportunidad para volver.
A su regreso, retomó su quehacer agropecuario, formó una familia con Ramón Ruiz, quien hoy tiene movilidad reducida a raíz de un accidente, parió siete hijos (Sneider, Nilson, Mairon, Kevin, Yamith, Ramón y Said) y adoptó dos más (Nelson y Antony).
Por ser una familia numerosa, repleta de hombres, con ella como cabeza de hogar, hace unos 17 años el Municipio la incluyó en el grupo de 42 familias a las que asignó porciones de tierra en comodato, correspondiéndole a Magaly y su familia 0,375 hectáreas en las que esta mujer emprendió una labor de rehabilitación del suelo para hacerlo fértil, habitable y agradable, lo cual es evidente hoy.
Su memoria no guarda la fecha exacta, pero sí recuerda que hace unos siete años tocó a su puerta la oportunidad de buscar la titulación del predio y se aferraron a ella.
Sin embargo, no volvieron a saber del tema, hasta hace unos días cuando se sorprendió gratamente al encontrar el nombre de su esposo en el listado publicado por la Alcaldía de Algarrobo con los 83.501 solicitantes de los que la Agencia Nacional de Tierras – ANT actualizó los datos para que terminen sus procesos de formalización de predios o solicitud de tierras.
Esta actualización se adelantó durante el mes de octubre desde el portal web de la entidad www.ant.gov.co, con convocatorias a través de emisoras comunitarias y desde las 32 oficinas que la ANT abrió en cada departamento de Colombia para descentralizar la atención de los solicitantes de tierras.
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La esperanza ha vuelto, pues el sueño de Magaly sigue siendo poder recibir el título que le garantice a su familia la seguridad jurídica sobre el predio que cultiva, habita y cuida, con un proyecto productivo vigoroso que sea el refugio en que pueda mantener a salvo a su familia y también a su esencia rural.
“Yo creo que la alegría más linda va a ser el día que me digan: mira, aquí está, es toda tuya, puedes hacer lo que tú quieras, para tu beneficio y el beneficio de la tierra”: Magaly.
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