La historia de Rosario del Pilar Meléndez, ‘El resurgir de la vida’
Puerto Gaitán, octubre 29 de 2018
Rosario del Pilar Meléndez es lideresa de la vereda Comejenal del municipio de Puerto Gaitán, Meta. Tiene 38 años y desde los cinco fue víctima del conflicto armado: “Yo me acuerdo que en esa época vivía con una tía cuando llegaron los ‘paras’ a bombardear la vereda y todos salieron corriendo. A mí me rescató una guerrillera que corría conmigo alzada, me metió en una caneca mientras pasó todo y después me encontré con mi tía.”
Rosario Meléndez vivió en la vereda Tillavá hasta los 13 años, en esa época recuerda que su mayor felicidad era salir a jugar cuando llovía, pues le fascinaba mojarse. Mientras compartía con sus amigos era muy común ver a la extinta guerrilla de las FARC una semana y a la otra, a los grupos paramilitares.
Su felicidad se acabó cuando tuvo que alejarse de su mamá: “A mi mamá le tocó sacarme escondida dentro de una lona y en el baúl de un carro al casco urbano de Puerto Gaitán, porque al otro día iba a llegar la guerrilla por mí y otros cinco niños más. Solo nos pudimos escapar dos”.
Después de un tiempo ella y su mamá se reencontraron y se fueron a vivir a la vereda Comejenal, iniciando un restaurante a orillas de la carretera, sin embargo, en esta vereda no se salvó de que la violencia la siguiera persiguiendo: “Una vez a mi mamá estuvieron a punto de matarla los paras porque pensaban que ayudaba a la guerrilla y pues en el restaurante se atendía a todo el mundo, sin importar quien fuera o si tuviera con qué pagar o no. Mi mamá no permitía que se fueran con el estómago vacío” asegura Pilar Meléndez. Así mismo afirmó que fue testigo de la crueldad de las guerrillas paramilitares: “Una vez les tendieron una trampa a tres guerrilleros y los paras los capturaron, después de dispararles en las piernas, nos obligaron a ver cómo los quemaban vivos”.
A pesar de todo lo que ha tenido que vivir Rosario Meléndez nunca ha dejado de trabajar por su comunidad, cuando llegó la Agencia Nacional de Tierras ella se postuló para ser parte del Semillero de la Tierra y el Territorio y así poder mantener a su comunidad informada del proceso de titulación de predios. Hoy en día es una de las lideresas más activas: “Hoy le doy gracias a la Agencia Nacional de Tierras por todo lo que me ha enseñado en este tiempo, ha sido mucho lo que he aprendido y la información que replico en mi comunidad”.
Rosario menciona que además de lo aprendido como semillerista ha podido compartir un espacio de integración y entendimiento, saliendo de la rutina, permitiéndole conocer a nuevas personas. “Uno de los mayores recuerdos que me llevo de la Agencia Nacional de Tierras es que pude compartir con otros líderes y lideresas del país, pudimos intercambiar experiencias, también pude conocer a la subdirectora de Ordenamiento de la Agencia, Tatiana, ella nos pudo aclarar muchas dudas. Yo estoy muy agradecida con todo lo que me enseñaron en la Agencia Nacional de Tierras”.
